miércoles, 27 de abril de 2011

Calma... Pre-renacimiento

El tiempo parece "tranquilo" y no pasa nada. No hay viento, no hay revoluciones... Parece estar todo en calma. No se escucha el sonido tenebroso del viento, como un aullido: "WuuuuUUuuu". Luego de lluvias torrenciales y fuertes vientos, es el turno del ojo; de la "calma".

Para los que hemos vivido tempestades y huracanes, literalmente hablando de condiciones atmosféricas, resulta ser muy parecido a la vida cotidiana. Los huracanes tienen un "ojo", el cual trae consigo una presunta calma y tranquilidad, parece que todo ha acabado... El ambiente todavía se siente denso y nublado. Se siente vacío y algo desolado, no hay bullicio. Sin embargo, no es momento de salir aún.

Y es que en el trópico, no es que sea costumbre, pero aprendemos a vivir "mal tiempo" y a recuperarnos del mismo. Quizás por eso, nunca nos conformamos, siempre buscamos mejorar, siempre sabemos que vendrán mejores tiempos... Aprendemos a vivir a lo "tropical", tiempos que quizás no son constantes, pero ocurren. Y aunque nadie está exento de momentos inconstantes, tampoco estamos totalmente preparados; pero nos destaca esa "víspera".

Quizás hay sequía y parece que nada pasa... Es tiempo de moldear nuestro carácter, de crecer, de prepararnos. Comienza la pre-producción de una nueva estación, el renacer de un proyecto por comenzar. El "ojo" de nuestras vidas, un momento que anticipa que no se termina, sino que nos preparamos para una nueva temporada, es cambio de estación; ese proceso es "la víspera del hombre"...

2 comentarios:

  1. Es como estar entre la incertidumbre del qué será, y la certidumbre de que será algo diferente y mejor. Es como mirar el capullo el dia antes de que se abra.

    Tanto en el ojo de la tormenta, como también antes de comenzar el huracán, el cielo adquiere un tono diferente, y todo se ilumina con una luz casi irreal (que a mí por lo menos me es muy llamativa). Pero el temporal (su nombre casi lo dice), es "temporal", y el tiempo borrascoso le abre paso en breve a la brillantez de nuestro sol.

    Estamos en una pequeña isla tropical, por lo tanto estamos acostumbrados al constraste constante. Desde la más cálida playa hasta el bosque húmedo más oscuro. Desde los llanos inmensos hasta la accidentada topografía del centro. Desde la cosmopolita San Juan hasta la quietud del barrio Castañer. Somos como un continente.

    ¡Exito y que tu sol salga pronto!

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  2. Hola, gracias por comentar.
    Excelente la analogía que expusiste. Diste al clavo; es ese preciso momento entre lo impreciso y la certeza de que brillará el sol...
    Tienes razón, ese destello de luz antes del huracán y durante el ojo, es como esa esperanza de que la "oscuridad" no será eterna, como la luz al final del túnel.
    "Contraste constante"... así vivimos y así nos levantamos una y otra vez.

    ¡Gracias y éxito también!

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