viernes, 3 de mayo de 2013

Empacho amable

-"Reina, tranquila".
-"Aquí a la orden, corazón".
-"¿Cómo estás, bebé?"
-"Mi amor, déjame explicarte."
-"Baby, ¿qué haces?"
-"Cariño, ¿en qué puedo ayudarte?"

Los apodos cariñosos comúnmente se escuchan entremedio de las conversaciones de parejas ya que es una manera de indicar esa conexión, amor, estima que sienten mutuamente. Sin embargo, ¿hasta dónde pasa de ser un lenguaje cariñoso e íntimo a ser un simple cumplido y amabilidad en conversaciones entre amigos e incluso en el servicio al cliente? Estos alias pasaron a ser algo cultural entre la jerga de los puertorriqueños, pero no cambia que afecte la reacción del receptor dependiendo de la persona que emita el afecto.

"¡Gracias corazón, por tu visita!" [...] Miro con cara desconcertada y me pregunto: ¿es necesario? Muchos confunden amabilidad con palabras peculiares de apego. Supongo que deben ser exclusivas para "alguien", pero se ha convertido en un festín público. La disyuntiva está en no confundir la pura estima y complacencia cuando las amistades se nombran con estos apodos, hasta que "ese alguien" halaga sin darle el mismo mérito que le da el corazón que recibe. Ese cosquilleo que se siente al recibir palabras tan "comunes" y "mal gastadas" pierde valor si quien las dice no le da —el significado–, pues aún una acción vale más que mil palabras. Y hasta que no haya refuerzo de lo que se dice, no trasciende de ser simples muletillas. De todas formas, qué rico se siente ese mariposeo, es sentirse vivo, pues aunque pasen los años, y se ame de manera evolutiva, enamorarse no pasa de moda.

domingo, 17 de marzo de 2013

Lo particular ya no duele

La historia quizás se puede repetir con personajes distintos. Olvidamos que superamos heridas, espacios y que con el tiempo se comprende lo aparentemente ilógico. Aceptar lo que era y ya no es cuesta trabajo cuando es un "golpe de estado"; del estado emocional que estaba figuradamente estable. Hay personas que se alejan o abandonan sin afrontar realidades; dejando a la derive interpretaciones...

Cuando te das tiempo -a solas- logras sanar y sin miedo, puedes ver ese álbum de fotos en blanco y negro, y te das cuenta que "ya no duele porque al fin..." te re-encontraste.


 

sábado, 31 de marzo de 2012

Grande libertad...

Soy la misma de ayer, la misma niña-adulta que sigue creciendo en este mundo gigantezco donde nunca se sabe todo y donde todo es un cúmulo de valores infinitivos que me llevan a apreciar la libertad de vivir.

Soy la misma de aquella ilusión de hace 10 años, cuando en aquel diciembre, luego de una charla del valor de la espera nos obsequiaron una cajita de regalo dorada no más grande del dedo meñique... El objetivo del regalo consistía en esperar aproximadamente un mes y abrirlo entonces el 6 de enero. Era un detallito de ese viernes en la noche que más allá de lo que pudiese tener dentro, era un reto al compromiso de esperar, ser paciente, de saber que ahí estaba donde quiera que lo pusiera durante las próximas semanas, pero probar mi curiosidad durante el tiempo prometido.

Llegó la víspera del día de Reyes (5 de enero), despertamos y nos preparamos para salir en familia a una actividad navideña (las Navidades en Puerto Rico son pura parranda de casi dos meses) y así comenzó el último día antes de abrir la cajita pequeña... No se me olvidaba aquel "detallito", a pesar de su tamaño, pues lo tenía en la "coqueta" o gavetero en mi habitación. Al regresar en la tarde-noche nos encontramos con la casa revolcada y de inmediato supimos que algo no andaba bien... En nuestra ausencia, habían entrado a la casa y robaron. De prisa, me dirigí a mi cuarto buscando el regalito. No podía creerlo, -"tanta espera y al final no lo pude apreciar...", me anticipé con algo de coraje y decepción. Busqué por toda la habitación y no encontré el detallito de "la espera". Habían roto cables del televisor, se habían llevado prendas de fantasía, entre otras cosas materiales, pero a mí me dolió que se llevaran el regalo que no abrí hasta esa fecha, por la promesa que había hecho. Luego de hacer la querella con la policía y ya pasado el mal rato, seguía pensando en la cajita dorada. -"Ni siquiera supe que tenía dentro", pensaba frustrada. Mi papá decidió llamar esa noche a la persona que había dado la charla en diciembre y contarle lo sucedido, para ver de qué manera podía hacerme llegar otra cajita. Con la llamada telefónica, mi papá se enteró del "secreto" de la cajita, recuerdo que se rió, le contó en secreto a mi mamá, pero continuaron con el "compromiso" que faltaba un día más, y coordinó para hacerme llegar otra por la perdida... Mi mamá decidió dar un último vistazo a la habitación, y como madre al fin, siempre halla lo que busca. La cajita estaba estropeada detrás del gavetero. Rápidamente agarró lo que vió y sin permitirme ver (conociendo el valor que tenía para mí la promesa que había hecho), lo guardó entre sus manos y lo restauró como pudo. Volvió la ilusión, aún herida por el mal rato, y esperé unas horas más para el 6 de enero.

Al día siguiente, como es tradición, recibí regalos del Día de Reyes. Realmente estaba emocionada porque ya era el momento para saber lo que había adentro de la cajita dorada... Finalmente, abrí el regalito y sin esperar algo en particular, quedé sorprendida al descubrirlo. La cajita había decorado el rico chocolate que representaba el corazón del ser humano. Era una "tontería", pero para mí, ha sido el chocolate más valioso que he comido. Si sentí algo de vergüenza y pena por el revolú del día anterior. Fue emotivo recordar el gesto de la llamada de mi papá por conseguir lo que "habían robado" y comprobar la famosa frase de mi madre "hay que buscar bien". Sentí en aquel entonces satisfacción por la capacidad de esperar por lo que me propuse, por el pacto, por la seriedad del compromiso.

Y así pasan los años, sigo siendo aquella misma de ayer, la incondicional, como canta Luis Miguel... Muchas personas que vienen y van. Momentos que sin duda han marcado años distintivos durante esta década, varios cumpleaños. Este 2012 se cumplen 11 años de amistad con una gran amiga que es mi hermana, así como se hubiesen cumplido otros 10 de grandes eventos que ocurrieron en el 2002; personas que ya no están, cosas que no existen ya, círculos cuyas circunferencias tuvieron brechas que se desenfocaron del norte, pero hay otras celebraciones que generan todas esas sonrisas precisas de aquellos espacios que se van desocupando.

Soy la misma que esperó con cierta inocencia, por un chocolatito oculto en una cajita dorada, pero con la misma seriedad en que aún enferma de salud asumo las responsabilidades que tengo como adulto, y prefiere mantenerse ocupada en el afán de cada día, pues el descanso llegará con la muerte. Soy la que ama la creatividad de los niños y juega con ellos como si fuera una, pero la que desde niña anda con las "antenas paradas" escuchando conversaciones de "adultos", integrándose con la espontaneidad que la distingue: "mami, ¿a mi me ciurcuncidaron?" (jaja...) Soy la misma que ve una serie de anime japonesa o mangas, pero también lee y escucha artículos de historia y se interesa por temas de la sociedad para luego analizarlo con amigos o conocidos. Soy aquella que quiere botas para ir a la montaña más alta o simplemente sueña con conducir un auto en una carretera o pista sin límite de velocidad, con las ventanas o cristales abajo, con el viento soplando el cabello mientras va cantando alguna canción de amor. Soy la misma que recientemente se babió (literalmente) riéndose de una anécdota de un amigo y que hace unos años atrás le echaba la culpa al trabajo de ortodoncia, ¿qué será ahora, la edad...? Soy la misma que se reía con espacios entre dientes, la que seguía enseñando los dientes aún con "frenillos", y la que sinceramente sigue enseñando las ensías y suelta carcajadas cuando algo es muy gracioso.

Soy la hija, la hermana, la amiga, la niña y la mujer que "aunque no quiere ser grande", enfrenta la realidad de los años con entusiasmo y nuevos bríos. Este año celebro la libertad de vivir con felicidad momentos extraordinarios, rodeada siempre de tanto amor.

¡Felicidad para todos!
(soplo las velitas)
31/marzo/2012


lunes, 27 de febrero de 2012

Luz impecable



Hay fechas que se conmemoran,
personas que no se olvidan y siempre se llevan en el corazón,
una hora que indica una diferencia,
una noticia que cambia las palpitaciones,
momentos que se recuerdan en un día cada 365/366 días...

"Enciende una luz en la oscuridad..."



Este es un año bisiesto... Y aunque ya va finalizando el segundo mes de este 2012, y aparentemente, tengo este espacio abandonado, no dejo de escribir pensamientos desarrollando ideas, creyendo por nuevas ilusiones, sanando heridas, cantando, inspirándome, actuando... Ha sido un comienzo de año con nuevos rumbos, refinando promesas. Es un año de conquistas y en eso voy trabajando.

Dándole vuelo a globos de luz con ánimo radiante.
Siempre agradecida, viviendo la vida.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Columpio «irrevocable»

Me impulso con mis pies hacia atrás y luego estirados hacia adelante, sosteniéndome fuerte pero confiada de las cuerdas paralelas en cada lado. Cierro los ojos, dejando atrás lo que ya no es, esperando en la brisa nueva de cada minuto.

Bamboleo bailable...
Descanso en el "vai-vén" del columpio «irrevocable», donde tu adiós se recuesta en mi cansancio. Sólo el "swing", de atrás hacia arriba con el impulso cada vez más intenso, renovará la fatiga. Un aliento de infancia y risas inagotables mecen por propulsión mi espalda... Sonrío ante lo grato de un atardecer en el parque. Y aunque exista la posibilidad de un malogrado balance que provoque una caída en la arena, observaré donde estoy y alzaré mis ojos hacia donde estuve. Trataré de vencer el miedo, intentando columpiarme nuevamente. La sensación que estuve cerca de llegar a la cumbre de la felicidad, será lo que me dará el "empujoncito" para impulsarme una vez más... Cada vez mi rostro se llenará de sonrisas nuevas y sé que alcanzaré lo más alto. Cuando regrese al punto de partida; será porque alcancé la cima placentera, cederé mi mecedora y habrá culminado mi turno.

Adelante.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Otoño primaveral

Entre la jovial prudencia de la libertad, prevalece la naturaleza de lo propio, cultivando paciencia para florecer con vigor la vida.

Supongamos que la primera plana de un periódico (diario) nacional nos puntualiza la tasa de natalidad y vamos batiendo el récord del año pasado… Quizás transformaríamos nuestras reacciones y obtendríamos un impacto positivo en la sociedad, contrario al actual reflejo de corazones acongojados, con espíritus opacados y sin ganas de despertar y resplandecer. ¿Qué hay con la vida?

"La vida nace del dolor...", así dice una canción de La Secta All Star que antes me resultaba una frase un poco incómoda para la manera en que veo la vida. Sin embargo, la realidad es que durante el parto las madres sienten "dolor", en diversas intensidades, que es recompensada por su recién nacido. Precisamente, ayer, 15 de noviembre de 2011 nació -una vida- del «dolor»; Adrián, quienes lo esperábamos con ansias, pero llegó en el momento preciso y sin más ni menos «pujó» sin «tapujos». Realmente todos, ya sean hombres y mujeres, "parimos" sueños, experiencias, momentos, triunfos, procesos... Creo que cada uno va moldeando la forma de ese «bebé», de ese momento en que -damos a luz- y concebimos nuestra visión.

Los cambios de estación son puntuales y este pasado octubre representó transiciones. Un domingo, a principio de mes, fue uno particular de trabajo social; lo que comenzó con las manos, dejando "huellas de amor", culminó con los pies en una caminata, y aún no concluye mi travesía... A mediados de mes, cerró un lugar físico en el que apenas, pocos meses antes, comenzamos a cultivar historias entre amistades, no obstante los espacios del corazón son irremplazables... Y luego, para finalizar el mes y no menos importante, hace cuatro años los 27 de octubre, resulta ser muy emotivo para mí, pues volví a "nacer" en el 2007... Y es que uno tiene oportunidades de volver a sentir, de evolucionar, de mejorar, de vivir.

Vida es tener una conversación placentera, entre amigos, sobre la percepción de la vida misma y poder canalizar lo que paralelamente se vive. Así que hoy comparto públicamente algunos detalles de dicho intercambio… La vida es la simpleza como lo que deseo transmitir en mis palabras en este espacio, tan complejo como lo abstracto e intangible que va a mil por hora en nuestras mentes. Vida, no son quejas, no son reclamos, no son preguntas; sino las respuestas que vamos aclarando ante el camino que vamos trazando pues "somos el tiempo que nos queda...” Qué más da lo que no tiene mayor relevancia. Este es un espacio de vivencias, de ficción, de realidad, de pensamientos, de esos que le das vuelta en una noche estrellada o en un desvelo "sin razón", o de los pensamientos que amanecen junto a ti en uno de esos días de «iluminación». No se trata de rechazar por completo las ideas y cerrarse a lo “absurdo”, sino arriesgándonos, aprendiendo a recibir halagos, buenos deseos y personas que ofrecen una amistad aparentemente temporal que puede resultar para toda la vida. Vivir es planificarse dándole espacio a la espontaneidad y que si no cumplió nuestras expectativas saber dar vuelta a la página y continuar escribiendo. Teniendo presente la realidad del dolor, de las injusticias, de los sinsabores, y que estos adjetivos no escatiman en protagonistas ni su fin; la vida no es otra cosa que el verbo que define nuestro predicado.

Aunque quizás algo trillado, pero sin duda un pensamiento que no pasa de moda, Charlie Chaplin nos invita a sonreír, amar, buscar, aceptar, observar, escuchar, soñar, creer, esperar, descubrir, vivir… Hay que seguir subiendo para entender…
"La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
Por eso, canta, ríe, baila, llora
y vive intensamente cada momento de tu vida...
...antes que el telón baje
y la obra termine sin aplausos."
-Charles Chaplin

lunes, 26 de septiembre de 2011

Luto al recuerdo...

Crecer es parte de la vida; recibir cantazos, golpes (como el que torpemente me hice el otro día a las 2am con un cuadro), llorar, pero volver a reír también es parte del ciclo de la vida. En fin, son las responsabilidades que van surgiendo, a veces sin pedirlas, los momentos que dejan marcas e impulsan nuestro camino para crecer, son vitales para forjar nuestro ser. ¡Cuánto deseamos ser niños otra vez! Es por eso que aún me creo niña, y no cabe duda que soy risueña...

Cada año que pasa me conmueve la fortaleza de mis abuelitas en sus respectivas historias... Si es difícil superar un desamor o un mal de amores, ¿cuánto más doloroso es la pérdida de un ser amado...? Mi abuela paterna enviudó de mi abuelo años antes de yo nacer, y así estuvo aproximadamente 12 años hasta que volvió a casarse. Mi abuela materna enviudó en el 2000, y aún le guardamos luto al recuerdo de mi abuelo. Sin embargo, no necesariamente se guarda luto con llanto, sino con respeto, con cariño, con los hermosos recuerdos que permanecen en los vivos y en el tiempo... No debe ser coincidencia escuchar este tema, cuando en un octubre de hace casi 30 años falleció mi abuelo paterno; quien seguramente hubiese «alcahueteado» a sus nietos...

Y así es la vida, "esta vida tan bonita" que "mientras unos vienen y otros van", mientras unos se despiden, otros nacen trayendo nuevas alegrías. El nacimiento a veces suele ser inesperado, pero resulta ser necesario para calmar el dolor. No se reemplaza lugares, se llena espacios. Y con todo esto, admiro el luto al recuerdo que llevan muchas mujeres y hombres a sus primeros amores, a sus seres amados, a sus hijos, pero que reafirman con acciones que la vida continúa y vale más el esfuerzo de volver a sonreír que quedarse en la oscuridad de la soledad.

Que descanse en paz... el recuerdo.


-Compuesta por: Carlos Almarán, panameño