domingo, 25 de julio de 2010

Gente inoportuna y "copuchenta"

Todo iba bien hasta que "Fulano(a)" dijo su comentario... Siempre lo daña, siempre deja un "coquí" entremedio de los demás y aún no nos atrevíamos a ponerle un "¡ALTO!"; e ignorábamos cada estupidez que se le ocurría en momentos que nadie lo(a) llamaba. ¿A quién le ha sucedido una escena parecida?

Finalmente decidí devolverle el tornillo que dejó suelto. Ahora sí, es su decisión ponerlo devuelta o dejar el hueco... Sin pelos en la lengua y "a quien le caiga el sayo, que se lo ponga", el que se sienta aludido pues que lidie con eso... Dije las palabras que creí correctas para detener la recta de comentarios innecesarios que estaban de más. De vez en cuando un "jaloncito de orejas" no viene mal...

Precisamente, volvía de ver una película española en el cine que dejó un mensaje final explícito y más o menos así decía: "El triunfo no está en mirarme, ya es hora de que te concentres en ti..." -Gordos

Y de paso, otra frase que se mencionó en la misma película –Gordos– "Necesitamos la contradicción como paso previo para averiguar las cosas que queremos o que ya no queremos". Los extremos son negativos, entonces si esta frase la utilizáramos como justificación a cada error que cometemos, digamos como ejemplo; una infidelidad... La persona "cuernuda"; ¿le perdonaría la infidelidad a su pareja? Me suena absurdo y más bien, una excusa ante cada error, que sabiendo que está mal, preferimos "pedir perdón antes de pedir permiso". En parte, es realidad que utilizamos la contradicción para definirnos un poco mejor, pero me pone algo densa afrontar dicha realidad... Mejor seamos honestos y sinceros con nosotros mismos antes de involucrar a otras personas entremedio del descubrimiento de lo que nos gusta y no nos gusta.


25/julio/2010
1:14am

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