Al principio el ambiente parece "normal"; agua tibia, temperatura "ambiente", y luego nos vamos amoldando. Poco a poco preferimos esa "zona de confort" que tomar el valor de arriesgarnos... Sin querer las prioridades cambian y vamos aplazando lo que realmente nos importa. Quizás pensando que aguardando cosas estaremos mejor. ¿Qué tal si luego de arriesgarnos encontramos lo que tanto anhelamos y lo demás vuelve por añadidura...? No lo sabremos hasta tomar la decisión de movernos y por consiguiente actuamos.
Cuando nos sentamos a ver cómo todo fluye, nos sentamos a esperar y a guardar (lo que tenemos, pero corre peligro y puede irse aún cuando está "asegurado"), resulta que se nos va escapando lo que realmente vale... A veces estar en esa zona cómoda hace notar que algo podría ser más importante y más intenso que el sentimiento que le tenías a lo que realmente soñaste tener siempre.
14/octubre/2010
12:25am
[Luego de culminar la "Operación San Lorenzo" y rescatar a los mineros en Chile 13/oct/10]
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