sábado, 21 de mayo de 2011

¿Señal u ofuscación?

Una noche, como de costumbre, regué unas plantas de mi casa. Para mi sorpresa, me encontré con un hermoso lirio... Durante un año, aproximadamente, estuve regándolas de forma rutinaria, sin esperar nada, simplemente lo hacía. Esa noche algo dentro de mí se exaltaba diciéndome: "esto es producto de la paciencia sin espera... ¡Qué hermosa es la naturaleza!". Llevaba días que mi interior se sentía algo inconsolable y con mucha pena... Admirar la flor provocaba en mí un espíritu de esperanza y serenidad inexplicable.

¿Cuántas veces hemos estado conduciendo el mismo trayecto de lunes a viernes y "sin ton ni son" algo despierta una diferencia? Formamos rutinas diarias y es tan simple como observar la naturaleza para motivarnos a romper la costumbre o los pensamientos que nos oprimen y nos angustian.

Por otro lado, también formamos y creamos ilusiones de algo simple que apenas ha dado fruto... Creamos planes en una base que aún no es sólida y/o que no sólo dependen de uno mismo. Nada es para siempre y todo tiene un fin. Realmente nunca nos preparamos para "la muerte" o el fin de "algo", pero a veces no terminan los momentos como deseamos y comenzamos a cuestionarnos... ¿Serán señales que siempre estuvieron pero obviamos o una idealización que convertimos en una ofuscación?

Un amigo, experimentaba el extraordinario proceso de salir con alguien e intentarlo. Tan pronto comenzó a reconocer que estaba enamorado, no pasó tanto tiempo cuando afrontaba la desilusión... Tuvo que enfrentar el choque de lo que surgía en su corazón versus la realidad de la otra parte. Ella no quería continuar. Inevitablemente comenzó a cuestionarse; ¿por qué ella actuaba de una manera si al final no sentía lo mismo...? Quizás envió señales, pero el sentimiento que nacía en él idealizó otro mensaje que lo impulsaba a arriesgarse.

Los "pequeños" detalles toman gran valor, pues van determinando el próximo paso a seguir. Cada riesgo debe tener un fundamento, aunque no sabemos cuándo será el final, deseamos disfrutar de ese instante. No nos debemos cegar a proseguir sin tener motivos firmes; y de observar algún indicio de desapego, creo que es momento de tomar las riendas de nuestros sentimientos y ser cautelosos. Sólo hay un momento preciso y hay que saberlo agarrar. Ojalá todo el universo conspire para que esa oportunidad pueda prolongarse durante un tiempo de excelencia.
"Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar un lenguaje que está más allá de las palabras, el que muestra aquello que los ojos no pueden ver." –Paulo Coehlo

2 comentarios:

  1. Creando ilusiones d algo me identifico mucho con eso o mas bien con la segubda mitad. Quizas la ilusion me cego a las señales que debi haber prestado atencion. Pero en cuestiones del corazon es dificil debido a la eterna batalla del corazon y la conciencia. Como dice la cancion de Gilbertito "no se ponen de acuerdo la conciencia y la razon" o incluso "pero me dice la conciencia Que no es hora de querer no hace falta una desilusion"

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  2. Pues sí, muchas veces "sin querer-queriendo" nos encontramos en el dilema: sentimientos vs. realidad... Ojalá lograr descifrar ese lenguaje que va más allá de las palabras, como dice Coehlo...

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