miércoles, 11 de mayo de 2011

¡Al natural!

En solfeo musical, mientras leía partituras de piano, -naturalmente- busqué un supuesto sinónimo del símbolo, [ ♮ ], que precisamente lee la nota musical como un sonido "natural"; cancela un «sostenido» o «bemol». Al no registrar la palabra "natural" en mi mente, le llamé al empezar: "nota regular". Finalmente, capté la diferencia de estas dos palabras, pues no necesariamente significan lo mismo.

Naturalmente, la vida tiene un ritmo, el cual es inevitable detener, pero si podemos afectar o "accidentar". Regularmente, nosotros mismos tomamos decisiones, que para bien o para mal, van marcando el "tempo", el "compás" de nuestra ruta. Siempre he dicho que, la vida es música, y cada vez que voy adentrándome en el tema, veo tanta similitud en ella... Cada canción que escuchamos nos dice algo y creamos estigmas en nuestro archivo del alma.

El tiempo sigue marcando nuestro curso por la vida y vale más la melodía que hagamos con ella... Ojalá no lleguemos a desafinar, pues la música es perfecta y natural. Quizás nos adelantemos o atrasemos en el ritmo, lo importante es volver a agarrar el tiempo y dejarnos llevar en armonía. Está bien planificar de vez en cuando, pero dejar que esos detalles que aparecen espontáneamente vayan creando la fusión perfecta; entre lo programado y lo nato. No se trata de la cantidad de experiencia, sino la suficiente y necesaria, que dictan la intensidad del momento.

Mientras un año viene otro se va
Mientras más años, más maniático somos
Mientras más "grandes" más deseamos ser niños...
Mientras se acerca ese día; ¿hacia dónde va la medida: en los positivos o negativos...?
Un año que viene, otro que se va...
Un día más en el calendario, ¡qué más da!
Al final, lo que cuenta es cómo has vivido y no cuánto.
¡VIVE LA VIDA!


Que la intensidad en que vivamos no sea regular, sino natural... "Nunca es tarde si la dicha es buena."

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